¿Las personas que beben vino a menudo tienen mayor inteligencia emocional?
Eso parece demostrar un estudio científico llevado a cabo en la Universidad de Copenhage, realizado a casi 700 personas de ambos sexos, entre 29 y 34 años.
Comparando con los grupos de control, se verificó que los amantes del vino no solo son más felices, sino que además son capaces de adaptarse a nuevas situaciones con mayor éxito.
La metodología se basó en entrevistas individuales, indagando acerca de sus hábitos de bebida, ejercicio, educación, personalidad, familia y situación laboral.
Lo cierto es que más allá de los estudios sociológicos, existen determinados alimentos como el vino, el chocolate y las nueces; entre otros, que contienen sustancias beneficiosas para el cerebro, ayudando a generar serotonina, un neurotransmisor esencial para contrarrestar el estrés y fomentar el estado de ánimo positivo.
El mágico bravaje tinto, blanco o rosado es propulsor por naturaleza de momentos íntimos ligados al bienestar. Una charla entre amigos, una cita en pareja o una copa en soledad acompañada con tu mejor serie harán maravillas en tu cerebro.
Podemos decir desde tiempos de Dionisio, el gran Dios griego de la celebración, pasando por los apóstoles católicos y el mismo Jesús, se ha encontrado en esta enigmática bebida la compañía perfecta para disfrutar los grandes placeres de la vida.
Compañero incansable de emociones, charlas y actividades, el vino se corona como el elixir de paladares exigentes y se enarbolan sobre él técnicas, procedimientos y teorías.
Pero a rigor de la verdad, y contrariamente a lo que se piensa cualquier persona puede disfrutar de los grandes beneficios que una copa de vino otorga a la salud y a la plenitud espiritual y personal.
A través del vino aprendemos que los mejores resultados se construyen con el tiempo 🤩 Así fue nuestro brindis con Gabrica...
El solo hecho de pensar una salida, elegir la botella, preparar el menú, comprar los ingredientes o sentarse en torno a una mesa disparará en tu cerebro dosis de serotonina que serán traducidas en mayor tranquilidad y por ende menor ansiedad o nervios, que impactarán en un significativo aumento de alegría y optimismo, y en el placer que genera compartir un excelente momento.
Es por ello que si aún están dudando de zambullirse de lleno en este fantástico mundo del vino, los invitamos a descorchar una botella, llenar una copa y brindar por hermosos momentos por venir, por sueños por cumplir y por compañías para repetir. Les aseguro que no se arrepentirán.
Porque como decía Alexander Fleming, respecto a su fundamental descubrimiento médico:
“Posiblemente lo que cure sea la penicilina, pero lo que hace feliz a la gente es el vino”.
Inspirado en Blog de Bodega BordeRío
¿Quieres llevar una copa de vino y felicidad a tu empresa?
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