4 lecciones que las empresas pueden aprender del fútbol
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4 lecciones que las empresas pueden aprender del fútbol


Lecciones del fútbol para las empresas

Estamos ad-portas del mundial de Qatar 2022 y la fiebre de fútbol ya se ha contagiado en todo el mundo y en Centro América y LatAm no somos la excepción. Aunque de solo participan México, Costa Rica (repechaje), Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay y Perú (repechaje), el mundial de fútbol siempre será digno de toda nuestra atención.


Pero ¿Qué beneficios trae la temporada mundialera a las empresas?


Es importante saber que al interior de las organizaciones podemos aprender mucho del deporte rey y aprovechar estos aprendizajes para el bienestar de las personas y el beneficio de las empresas.

En el mundial de fútbol Brasil 2014, el delantero uruguayo Luis Suárez fue sancionado por la Comisión Disciplinaria de la FIFA por morder a un jugador italiano. Por otro lado, el jugador del Barcelona, Daniel Alves, fue agredido por un espectador quién le arrojó un plátano mientras Alves preparaba un tiro de esquina. El futbolista se limitó a recogerlo, darle una mordida y seguir con el partido.

Dos jugadores con la misma presión por ganar tienen diferente reacción emocional ante un evento. El miedo a perder, la falta de concentración, la frustración, querer ganar por encima de todo, son sentimientos que vive un deportista y afectan en forma negativa su rendimiento. Pasa lo mismo en las organizaciones. Hay lecciones deportivas que se pueden llevar a la gestión empresarial, si sabemos aprender de ellas.

El coaching, como herramienta para las empresas, surgió en el ámbito deportivo en la década de los 70, cuando los entrenadores se dan cuenta que además de disciplina física los jugadores necesitan trabajo emocional y mental con el deportista.

“La principal lección en términos de formación y desarrollo, es cómo haces que tu gente trabaje en equipo, igual que lo hacen los jugadores en la cancha. Muchos jefes hacen a un lado la visión compartida, olvidan que una empresa, al igual que un equipo, es un sistema. Cuando hay problema con un jugador o colaborador se afecta todo en la organización.

6 de cada 10 jefes crean ambientes de trabajo tóxicos para sus empleados, según un sondeo de Hay Group entre 2.500 gerentes ubicados en diferentes países. Es por esto que los empresarios pueden verse como entrenadores en la cancha. Necesitan generar confianza y retroalimentación.


Estas son algunas lecciones que el deporte rey aporta al mundo corporativo:


1. Tarjeta roja a los ambientes negativos

Entrenador y futbolista, líder y colaborador, son relaciones que se basan en la confianza. Este es "el pegamento” que permite a los equipos alcanzar objetivos. Un jefe que no posee la habilidad de transmitirle confianza a su gente y "manda a la banca" a un colaborador cuando se equivoca, está destruyendo la confianza hacia el interior del equipo creando un clima negativo para sus colaboradores. Como consecuencia de un clima negativo, todos tendrán problemas para lograr resultados positivos.

El mayor error de las empresas es no tomar conciencia del peso que tiene el clima organizacional en los resultados de los colaboradores. En algunas organizaciones, el clima y la comunicación terminan relegados como un tema de poca importancia, sin darse cuenta que esas habilidades que suelen llamar "blandas", hoy son las más importantes y las más "duras" de formar en la empresa. Hoy el juego de los negocios implica trabajar de manera profunda en una cultura organizacional de forma positiva y proactiva.

2. Entrenar emociones

A nivel deportivo, no importa si es fútbol, básquetbol o tejo. El juego y el deporte ayudan encontrar todos los patrones de conducta de una persona, en especial, el manejo de las emociones.

Un futbolista puede experimentar el triunfo, la derrota, el desdén o la frustración en el campo de juego. Con los colaboradores pasa exactamente lo mismo. La empresa es un campo de juego en el que pueden experimentarse todo tipo de emociones, tanto las que se producen durante el trabajo, como las que se traen de afuera.

Las empresas necesitan romper el paradigma de “dejar los problemas afuera de la oficina”. Las oficinas están llenas de situaciones personales, porque los empleados tienen entre sí, distinta educación emocional y reacciona diferente a los hechos.

La labor de los líderes, es animar a los colaboradores a expresar sus emociones de manera consciente para fortalecer el relacionamiento, el trabajo en equipo y la cohesión.

3. Observar y crear jugadas

Un director técnico conoce a sus jugadores, sabe sus puntos fuertes y en qué posiciones se sienten mejor. La forma en que ubique a cada jugador determinará el éxito del juego. Un líder debe identificar las capacidades de sus colaboradores, en qué posiciones son mejores y qué necesitan reforzar. Si invierte tiempo en esa labor podrá organizar mejor a su equipo para sumar goles.

He conocido jefes que a duras penas saben el nombre y apellido de sus colaboradores. No hay nada más destructivo para un equipo de trabajo que la indiferencia, en especial cuando viene de los jefes. Si quieres formar un equipo que gane mundiales, necesitas conocer a fondo sus fortalezas, debilidades, necesidades, sueños, etc.

4. Planificar

Cuando un jugador llega a la cancha, debe saber aprovechar sus espacios, dominar ciertas jugadas, observar a su competencia y estudiarla para sacarle ventaja. Líderes y equipos necesitan apuntar al mismo objetivo. Como sucede con las selecciones de fútbol, es necesario aprender a desarrollar estrategias alineadas a lo que se quiere lograr en determinado plazo y practicarlas una y otra vez. Si se domina una estrategia, entonces se pueden ganar partidos (proyectos, clientes, ventas) y tener espacio para prepararse a imprevistos.


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Vía https://expansion.mx/

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